miércoles, 29 de diciembre de 2010

este jueves 30 en la biblioteca popular martedí: santiago rouaux




Santiago Rouaux nació en Buenos Aires en el año ´84. Estudió Letras, carrera que dejó incompleta, y actualmente estudia Psicología. Realizó taller de escritura poética con Osvaldo Bossi y Walter Cassara. Aún no tiene libros publicados.


Historia con ranas

El día que aparecieron las ranas
al alba alguien gritó: mamá,
llovieron ranas,

nos acercamos a una mirilla
y era cierto, ahí estaban
con sus ojos saltones,
amenazantes,
rodeando la casa.
un escalofrío nos tocó a todos.
hubo sollozos, largas discusiones

en un momento de locura
se oyó decir:
vienen a cobrar nuestros pecados.



Estaban en todas partes,
en el estanque, entre los yuyos.
Parecían que iban a tragarse la casa.
Con sus saltos,
dibujaban raras figuras en el aire.
Comprendimos que intentaban comunicarse,
que planeaban algo contra nosotros.
Pero al caer la noche,
la danza cesaba y quedaban petrificadas,
en una pose a veces obscena,
a veces ridícula.

La luz de la luna
las invitaba a cantar.



Los perros empezaron a comerlas,
pero enseguida las vomitaban.
por cada una ingerida, salían diez.
después,
las ranas se comieron a los perros
y no los vomitaron.
yo también quiero probar, dijo
uno de los nuestros,
y se puso a cocinar un sapito
que quedó pálido al hervir.

Animal de sangre fría,
no se esperaba
semejante golpe de calor.



Yo guardé un especimen, lo arrebaté
antes que lo devoraran. En secreto
le até un hilo al cuello
y paseaba al pequeño monstruo anfibio
por los pasillos de la casa,
lo acunaba, le limpiaba las partes.
Algún domingo lo saqué de paseo.

qué hermoso -dijeron los vecinos-,
pero qué hermoso, ¿quién es el padre?

una vez
lo puse en una caja y quedó
duro como una piedra.
Fingí dejarlo solo
y al instante
empezó a hacer un monólogo:

mírenme, soy el Rano –decía–,
el que desoye el mandato familiar
y entabla relación con los humanos;
nunca aprendí
el arte de cazar luciérnagas
con el látigo de mi lengua,
todavía recuerdo a mi padre diciendo:
hijo, es como atrapar una mosca
con dos palitos chinos.



Pero no podía cuidarte siempre.
Una tarde
te llevé al arroyo mientras dormías
y vos
hablabas entre sueños: Soy el Rano…
el que desoye el mandato familiar…
y entabla...

te apoyé sobre un pedazo de corteza
parecido a la cuna que no tuviste,
y así, sin grandes despedidas,
dejé que la corriente te llevara
al reencuentro de los tuyos.






Las nubes


todos emprenden un viaje alguna vez.

se embarcan, o toman un tren
de muchos vagones,
y hablando de viajes –todo el mundo sabe esto–
los hay de dos tipos,
los que traen a la persona de regreso
y los que devuelven apenas
una postal.



todos emprenden un viaje.

el mío será en una nube –está decidido–,
porque una nube es como un colectivo
pero con muchas
muchas más ventanas
para que todo el cielo entre
de un solo vistazo.



rapaz será el vuelo
de mi máquina a vapor,
como nunca antes se ha visto,
miraré desde la altura
a los hombres andar,
pequeñi-i-i-tos como hormigas.

cada tanto
pienso acercarme al jardín de mi casa
y dejar caer una gota
del más delicado rocío



***

a veces pasan las nubes sobre mí
dando sombra a la vereda
y se jactan
al oírme hablar de los cielos.

qué decías,
nube?



“Nada, ni el raudo vuelo
del águila,
ni el calmo deambular de un panadero,
podrá igualar jamás
mi majestuoso andar.
Miren a esos niños
allí abajo. En vano pliegan sus hojas,
modelando aviones de papel.
Los aviones no me asustan, sus alas
no pueden herirme”.



pobre,
pobre nube,
no sabe que una nube
es también un avión

de carga?
de pasajeros?

un avión que cruza el cielo
repleto de seres queridos

adónde fuiste, papá?
adónde fuiste
cuando te fuiste?



***

en cuanto a viajes, los hay de muchos tipos.

el mío será grandioso,
pienso navegar los siete mares,
subir montañas,
cruzar un desierto
y por qué no
vivir con una tribu de salvajes.

lo que jamás podré agotar
–con dolor lo admito–
es el vasto cielo

cómo es la vida
ahí arriba, nube?



“No conozco más que el deber.
Mi ciclo es ciego
como el de la sangre.
La inestable materia que me habita
no me permite amar,
pero la soledad
no me asusta. Desde acá
todo lo veo, y esa dicha reemplaza
en parte al amor.”



***

Carta de despedida

amigos, voy tras la huella de mi padre,
sigo las marcas que dejó
en un viejo diario de navegación.

como el asceta,
sé que el camino es arduo.
a veces miro el cielo
e imagino atronadoras las distancias
que separan una cosa de la otra
en aquel desierto de aire.
Viajar de estrella a estrella
es una empresa de años,
y aquel que persigo
ha tomado ya su ventaja.




***

ah, debe ser maravillosa
la vida en el aire;
un día no muy lejano
pienso habitar las alturas
y me haré llamar:
morador de los cielos.

distribuir las tormentas
y los vientos
será mi mayor placer,
andaré montado a las corrientes
cálidas o polares,
y seré amigo
de toda clase de pájaros


pero vos, nube
por qué andás triste
con tanto cielo alrededor?



“Por las noches,
cuando nadie me ve,
descanso de mí mismo. Sé
que me muestro formidable en el cielo,
y sin embargo,
soy la efigie del aire.
Nada puede tocarme.
Yo quisiera viajar en un tren,
seguir el trayecto de unas vías.
Pero me espera el cielo interminable
y el dolor de saberme
dueño de mí mismo”.



nube,
nube,
por qué te vas
tan pronto?



“¿Quién puede doblegar
el curso del aire?
Las nubes migramos siempre,
seguimos un camino que va
del cielo a los lagos,
de los lagos al cielo,
y nuestro andar
nos mantiene en forma.
No elegimos esta vida,
pero ¿quién elige la suya?
Algún día llegará
el reposo que añoro y entonces
yaceré plácidamente
en el florero de una casa
o en el estanque
de un verde jardín.”



adiós,
adiós, nube
cuando sea grande
y haya viajado suficiente,
voy a escribir sobre vos.

martes, 28 de diciembre de 2010

este jueves 30 de diciembre: papeles en la martedí




(Despedida del Año!)

Papeles en la Popular ::: Ciclo de Poesía


[Leen] Santiago Rouaux. Daniela Camozzi. Osvaldo Bossi.


[Música] DJ Gatica. + Músicos Invitados...


[MiniTienda de Libros] Traé tu edición (!) / PlantaPapel Hecho A Mano (Encuadernaciones / Ediciones Artesanales)


[Entrada: $5]


Biblioteca Popular E Martedí. Pasco 557. 21hs.
Puntual!


(SE RECIBIRAN CON MUCHO GUSTO LIBROS
QUE AMABLEMENTE DESEEN DONAR A LA BIBLIOTECA)


Gracias y Salud Universal!

sábado, 25 de diciembre de 2010

¿qué pasa el jueves 30 de diciembre?

No sabemos qué va a pasar el jueves 30
pero sabemos que DJ Gatica seguro va a estar
La respuesta completa? mañana
En la agenda de RADAR
Página/12

martes, 21 de diciembre de 2010

Verdeoscuro / Sendero Luminoso EP

Sendero Luminoso es el último trabajo de Verdeoscuro, el proyecto solista de Diego Acosta, editado por Fuego Amigo Discos. Sus nuevas canciones encierran el misterio de una agilidad inquietante e imponen un dilema: mantener el ritmo o desacelerar la marcha inmediatamente. De este doble juego resulta un repertorio incandescente que si bien nace de la ronda nocturna, crece y se reproduce a la luz del día. Complejo y sutil, Sendero Luminoso es una anomalía romántica y combativa dentro del "comprimido" panorama musical. Lejos del palabrerío revolucionario, el resultado no debiera ser necesariamente una victoria, mientras que la revolución continue siendo un sueño eterno.

Fernando Graneros



Descarga Gratuita http://fuegoamigodiscos.com.ar/SenderoLuminoso.html

(Verdeoscuro se presentará este Jueves 23 de Diciembre en Le Bar, Tucumán 422, GRATIS, en el marco del "Especial de Navidad de Fuego Amigo Discos" junto a Valentín y los Volcanes)

sábado, 18 de diciembre de 2010

Entrevista a Martín Maigua




Martín Maigua nació en Salta en 1978. Dirige la Editorial Nudista ( http://www.editorialnudista.blogspot.com/ ) y el itinerante Ciclo artístico Circo Invisible, junto con Diego Monsalvo. Es uno de los impulsores del nacimiento de la Feria de Ediciones Independientes llamada Libros Son. El mundo no es más que eso es su primer libro publicado. Desde hace un año y medio vive en Cosquín.
Escribe periodicamente en http://www.tantomundo.blogspot.com/

viernes, 17 de diciembre de 2010

"Esto no puede seguir así", presentación en Biblioteca Córdoba.



En directo desde Córdoba capital.

Ayer, jueves 16, en la Biblioteca Córdoba , se presentó el libro Esto no puede seguir así , ganador del premio de poesía provincia de Córdoba 2009, de Osvaldo Bossi. Reproducimos a continuación el texto escrito por Pablo Natale para la ocasión.




La guerrilla de los coyotes enamorados


Éramos cowboys de la impermanencia
Más rápidos que nuestra propia sombra
Ahora me ves. Ahora no me ves
”.
(LeRoy S. Davis)


* Recuerdo un atardecer de Enero en Salta. Habíamos ido con varios amigos de “gira poética” por el norte, algo que a priori sonaba dudosamente exitoso. Recuerdo que llegamos al bar donde íbamos a leer y era enorme, había sillas y mesas y olor de madera, un entrepiso con sillones, una pantalla enorme donde pasaban videos de los noventa. Se hacía de noche, estábamos en plena peatonal salteña, cercados por paseantes y turistas. Recuerdo que Osvaldo Bossi estaba sentado afuera del bar, que me acerqué a él, recuerdo que hablamos un poco, como dos desconocidos que tienen algo en común y que de pronto, surgida de la nada, parecida a una profecía o un recuerdo, surgió esa frase: “uno escribe en el desierto”. Como dije, estábamos en pleno verano salteño, por entrar a un bar enorme a leer, había paseantes, y nosotros dos ahí afuera, y luego viajaríamos todos a leer a un bar en Purmamarca y luego algunos seguirían viaje y otros no. Como se ve, nada parecido al desierto. Sin embargo, aquella frase me persigue desde entonces. Una frase increíblemente irreal, artificiosa, una frase en coma, soñando, lejos de mí, sumergida en su propia vida. Es desde ese magnífico enero norteño que conozco a Osvaldo Bossi: pero no es eso lo que importa ahora, sino su último libro.


* “Esto no puede seguir así” es, en principio, un poemario con un título desconcertante: puesto en relación con los otros libros del autor (“Adoro”, “Del Coyote al Correcaminos”, “El muchacho de los helados”) suena poco “Osvaldista”. ¿Por qué semejante título? La frase entre apocalíptica, militante (y pienso, incluso, papal) no trae buenos augurios. ¿Se trata de un anuncio exclusivamente poético, un “no va más estilístico”? ¿Se trata acaso de una condena al mundo contemporáneo y a la vez de un giro en la poesía de Osvaldo, que no suele ser declamatoria, directa, sino sutil y huidiza? ¿Qué significa, al fin y al cabo, el “esto” de “esto no puede seguir así”? ¿Qué es lo que no puede “seguir así”? La tapa del libro no ayuda a responder estas preguntas. Lo que se ve es la frase, ese mandato edípico, partidario o papal, repetido, escalonado en la hoja. Desdibujándose, desvaneciéndose, existiendo de ese modo. Como si fuese una frase suspendida en un abismo. Otra frase (ya van dos) suspendida en el abismo.


* Pero dejemos de lado el título y leamos los poemas escritos por Osvaldo o por la voz que duerme en Osvaldo. En el primer poema una persona sueña que está en el desierto, sueña que es un camello, no sabe si es de día, o de noche, pero sabe que el desierto no se acaba, sabe que tiene que beber, nos dice, de su cantimplora interior, y está allí casi detenida, esperando (esperando vaya a saber qué cosa) hasta que un muchacho-legionario (que representa el amor y a la vez la guerra) aparece en el horizonte y, podemos pensar, lo alimenta y, acaso, lo salva. En el segundo poema (otro poema de amor y de combate) un tal Facundo no quiere dormir: no quiere dormir, nos dice la voz del poema, porque el tiempo avanza y dormir es cederle tiempo al tiempo y el tiempo es –parece pensar el tal Facundo– irrecuperable e ilegible: exactamente lo contrario de un poema. Pero tarde o temprano Facundo se rinde al sueño, y el poema se desvanece mientras la voz, como si fuese el camello del poema anterior, nos recuerda que otra vez se ha quedado sola. Y esa voz que languidece y que persigue, que ama y que a su modo combate, esa voz y los versos susurrados por esa voz bien podrían ser los pensamientos del famoso coyote, aquel coyote al que alguna vez Osvaldo le escribió un libro, ese coyote, encerrado, atrapado en la historia.


* En “Esto no puede seguir así” también hay un poema que habla de una traducción sin acabar, un poema donde dos personas se encuentran para empezar una cosa (llamémosla “la literatura”) y terminan en otra (llamémosla “la vida”). Hay un poema que parece una carta, una carta que un hijo le escribe al padre (o “padrecito”), en la que le cuenta que deja todo y que se va a Bolivia, o a Michigan, o a Hong Kong (no importa el destino) con un tal Lisandro, “el muchacho más lindo y vicioso del pueblo”. Hay una piedrita al pie de un volcán, hay un puma atravesando un bosque, hay un extranjero (Danilo) que en el último poema distrae a la voz y la hace soñar y se la lleva de viaje y convierte al poema en una película muy mala pero, escribe Osvaldo, “horriblemente deliciosa”. Podría decirse entonces que los poemas del libro (como suele ser la poesía de Osvaldo) son poemas de amor: el ars amatoria es su hogar, su género de residencia. Cuán lejos parece estar su escritura del cinismo, con su halo de ternura y resignación, entablando su lucha en silencio, cuerpo a cuerpo. Sin embargo, allí está todavía el título del libro, y allí está el camello, el coyote, las frases solitarias y suspendidas, el padre que es dejado, el poema que no acaba de traducirse, la tarea poética que queda postergada ante la seducción, Facundo que no quiere dormir pero que, finalmente, se duerme, dejando sola y detenida a la voz del poema. Ocurre que, quizás, el hogar del poemario de Osvaldo, su musa inspiradora, no sea el ars amatoria, sino un ars divorciatoria, un arte del divorcio (más todavía si las nuevas leyes lo permiten): en sus poemas las cosas parecen juntas pero están separadas, o están separadas y sólo en un destello (precioso) de tiempo pueden tocarse. A pesar del poema y gracias al poema, como dice Osvaldo o la voz que duerme en Osvaldo en una parte del libro: “Qué dicen estas vetas, estas líneas / minúsculas que se juntan y se separan, no lo sé. / Por momentos, parecieran interponerse / entre nosotros dos, y otras veces, en cambio / pareciera que no, que están ahí precisamente / para edificar una casa pequeña, capaz / de soportar esos magníficos terremotos”.


* Ahora bien; de existir tal cosa como una “poética del divorcio”, sería algo así como una literatura de los conflictos afectivos y allí, en éste y en los otros libros de Osvaldo está el deseo de amor, una estela que pasea por todos y cada uno de los poemas, un meteorito constante. Sucede también que no puede haber cosa tal como “el hogar donde residirían los poemas de Osvaldo”, ya que sus son poemas extrañamente solitarios y huérfanos, son poemas sin casa. Allí están, cómo no recordarlos, todos los muchachos de los poemas de Osvaldo, despidiéndose, huyendo, combatiendo cada uno contra una cosa, enfrentados a algo. Y ese algo no es “el amor”. Al igual que el personaje que representa Jim Carrey en “Te amo Philip Morris” (el papel del eterno fabulador, el mentiroso desenmascarado, el estafador, y el enamorado) esos muchachos no están ni pueden estar divorciados del amor. No están divorciados del poema. No están, como escribe la voz que vive en Osvaldo, divorciados del deseo.


* El camello, aquella frase del desierto, los amantes combatientes, todos son como coyotes detenidos ante el paisaje de un abismo. Y allí llega, quizás para empujarlos, allí aparece de nuevo esa frase enigmática y terrible del título: “esto no puede seguir así”. Para empujarlos, para tirar todos estos versos al vacío, para acabar con ellos y con los animales y loa libros. Aunque puede que sea una frase dicha más tarde: quiero decir, una de esas cosas que nos decimos cuando no hemos podido cumplir algo. Como cuando decimos “tendría que dejar de fumar”, con un cigarrillo en la mano. Es posible que ese sea el significado de la frase que titula el libro, una frase resignada, teñida de cansancio, pero también de alegría y aceptación. Y puede que, de esa manera, hayan quedado a salvo ese millar de muchachos coyote. No obstante, puede que en el libro de Osvaldo estén sucediendo ambas cosas, y a la vez otra. Puede que lo que nos estén diciendo estos poemas, lo que nos esté diciendo ese “Esto no puede seguir así” sea similar la a lo que cuenta aquella última película de Jim Carrey: que los tiempos modernos el deseo de amor (del verdadero amor) es un virus. Se multiplica, se distrae, falsifica, y nunca se detiene, llevándose todo por delante. Que está solo, huérfano, en ninguna parte. Allí van, de nuevo, los coyotes enamorados. Anónimos, desconocidos, y preparados para pegar el gran salto.






(dedicado a los militantes del federalismo cultural)

martes, 14 de diciembre de 2010

Línea Belgrano Sur



Led zeppelin - immigrant song



La línea Belgrano Sur conecta Laferrere con Constitución. Todos los días viajan miles y miles de personas, y sin embargo parece un auténtico tren fantasma: jamás es mencionado por ningún canal de noticias a la mañana, hora en la cual se habla de normalidad en los distintos ramales y del estado del tránsito. Este tren, para los medios, no existe.

De todos modos, cada menos de diez minutos pasa el tren, tuneado con stickers, posters, gorros, banderas y vinchas de la Unión Ferroviaria, los conocidos co-participes del asesinato de Mariano Ferreyra, barrabravas enquistados en diversos negocios turbios, entre ellos el cada vez más rentable negocio de los tercerizados; o cómo hacer para que se trabaje más por menos plata y menos derechos. Los pasajeros del Belgrano Sur se cuentan, como deciamos, de a miles. Son, en su inmensa y anónima mayoría, trabajadores y trabajadoras que emprenden su perpetua odisea, bien temprano.

El tren pasa pegado a la Villa 20 y se dirige hacia Pompeya pasando por el Parque Indoamericano. Este tren pasó cada menos de diez minutos durante esta semana de conflicto en Soldati. Un conflicto en el cual tomaron partido vecinos en contra de la usurpación, vecinos selectamente elegidos: refinados como Julio Capella, barrabrava de Huracán e hijo del masajista de Boca; un poco más toscos y gordos como Chacho Alvarez, delegado gremial de SUTECBA en la DGAI y cercano a la barrabrava de Boca, vocero de facto de algunos edificios linderos al predio del conflicto. Este sector se encargó de sacar a un pobre tipo de una ambulancia del SAME, para rematarlo a sangre fría.

¿pero no es muy raro el mundo? ¿no está todo jodidamente dado vuelta?
Antes, lo más común era escuchar el vergonzante y racista:

Bostero, Bostero, Bostero
Bostero, qué asco me dás
andate a vivir a Bolivia
toda tu familia está allá

y sin embargo ahí lo vemos a Mauricio Macri, el ex-presidente del Boca multicampeón de todo, diciendo que la ciudad no puede hacerse cargo de los problemas habitacionales del MERCOSUR, y lo vemos incomodarse más con las comunidades de los países limítrofes que con el asunto de Ciro James, o que con el tema del bigote. Distintas formas de atragantarse. Y sin embargo, ahí también están los barrabravas de Boca, de Huracán, de Chicago, haciendo la política de base del PRO en el sur de la ciudad, corriendo a los tiros a los que reclaman, corriéndolos por bolivianos y paraguayos.

Mi abuelo me contaba, cuando yo era muy chico y ya viviamos en Lugano, que el tren solía llegar en otras épocas incluso hasta Bolivia, y en ese relato refulgía un esplendor que llenaba de bronce al pasado y a la estación Lugano. Los ojos le brillaban porque, de repente, estaba ahí, otra vez en un pasado glorioso que se hacía presente.

Creo que en la línea Belgrano Sur se cifra parte de este tiempo urgente y contradictorio, y viajan juntos la burocracia barrabrava y asesina, el pueblo que viene y va de provincia a capital y viceversa, la avenida Escalada, Cruz, el conflicto del Parque Indoamericano, la verguenza de los muertos recientes y también, Bolivia, como límite, como mito y como bandera.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Persépolis



“Persépolis”

Debo decir para comenzar que no se absolutamente nada de cine, mi único aprendizaje es el sentarme frente a la pantalla y dejarme llevar por las imágenes. Nunca he asistido a ninguna clase sobre el tema y no tengo la menor idea de lo que significan simbólicamente algunas escenas o encuadres de cámara y otras yerbas. Sin embargo, hace muy poco tuve la oportunidad de ver esta película de animación y quedé encantado… la película no es nueva, ya tiene algunos añitos y seguramente los que se encuentran “en el ambiente del cine” ya la deben haber visto, criticado y/o comentado. De todas formas no viene mal compartir con otros una experiencia que me parece bella y grata y además, como ha dicho Pipo Lernoud (en entrevista que será subida próximamente a nuestro blog) la verdadera actitud rockera y auténtica es “tener tu propia versión de las cosas”.
Para comenzar debo decir que supongo que a nadie escapa que “Persé-polis” significa literalmente “la ciudad de los persas”. Los persas han sido una gran civilización de Oriente que en un período histórico relativamente breve logró dominar todo el “medio oriente” desde el río Indo hasta Egipto y el Mar Negro. Desde que los griegos entraron en contacto con los persas ha comenzado una de las grandes historias de la humanidad… la guerra, el intercambio y la fascinación mutua unida al intento de exterminio y de muerte se entrelazan constantemente, Eros y Tánatos se unen y se mezclan una y otra vez para enfrentar y hacer explotar o para unir y hacerse amar a estas dos grandes “O” culturales (Oriente y Occidente, claro). Así, desde Alejandro Magno, quien logró con sus ejércitos destruir el imperio de los aqueménidas y al mismo tiempo se hizo coronar luego como el Gran Rey Persa… desde ese momento hasta hoy, con marines estadounidenses en Irak, Pakistán y Afganistán, la historia continúa y continúa. Y continúa también en la película “Persépolis”, la cual comienza no casualmente en la ciudad de Persépolis, Teherán, en el Irán de los ’70.
La película “Persépolis” es tan fascinante como la cultura oriental, y relata desde dentro, gracias a las experiencias de su autora Marjane Satrapi la historia de Irán, Austria y Francia en distintos momentos. Bien es posible que algunas cuestiones históricas y políticas se encuentren simplificadas o no tengan un rigor histórico apetecible para historiadores y demases, pero no cabe duda de que no es ese tampoco el objetivo de la película (que antes supo ser historieta y que en definitiva es más pieza de arte que explicación académica). “Persépolis” es la historia subjetiva de una niña (luego adolescente) que vive en una familia aristocrática atípica del Irán de los ’70 entre ideas religiosas, liberales y comunistas; que luego vive la revolución de 1979; la hegemonización del grupo musulmán de la nueva república; el exilio en Austria; el regreso y la vida bajo el régimen islámico; el exilio en Francia; etc. Todo esto transmitido con gran intensidad al espectador gracias a una animación blanco y negro (en su mayoría) que pone el tono melancólico y también humorístico e irónico en todo momento en primer plano; y que con una estética simple pero fantástica, y por momentos surrealista, crea un ambiente mágico. Escenas como la que retrata la guerra con ambos bandos avanzando siempre hacia el vacío y cayendo en un pozo a morir uno tras otro no se borran fácilmente de la retina, por momentos se tiene la sensación de estar viendo un “Guernica” móvil en blanco y negro.
Finalmente, otro de los grandes logros de la película consiste en no quedarse atascada en las visiones binarias de los conflictos. Así, el conflicto Oriente vs. Occidente se resuelve en un acto de “Edwardsaidismo” que logra superar el conflicto dialécticamente. De esta forma Marjane sufre el velo islámico y las prohibiciones a sus libertades en Irán, pero también sufre con la cultura occidental europea, el rigor cristiano y el consumismo llegando a declarar: “en Europa te puedes morir y a nadie le importaría”. Por otro lado, la salida dialéctica se manifiesta también para resolver el conflicto materialismo vs. idealismo que atraviesa la película y a la propia protagonista. Por esto es que en medio de esta película y con gran simpatía nos encontramos con una gran escena casi realista-mágica en la que Marjane flota por los aires (con varias pastillas en sangre) para encontrarse con Dios y Marx al mismo tiempo, igualados de forma herética tanto para marxistas como para religiosos en general…
Por todo esto, recomiendo ver esta gran película para todo aquel que quiera pasar un lindo momento, conocer una extensa y rica historia de vida y experimentar una multitud de sentimientos plasmados en una obra de arte en movimiento, en todo sentido.