La aventura que tiene la
llave de la calle
Como el artista adolescente
de Dublín que a la aventura
iba a buscarla fuera de su
casa
yo alabo a aquellos que
contemplan el mundo
y como Dickens tienen la
llave de la calle.
Si el gabinete es fascinante
para los alquimistas,
los investigadores de la
muerte y los duendes minúsculos
que habitan las botellas,
el constructor de sueños
-libros, cuadernos, naciones-
debe tomar primero contacto
con la calle,
penetrar en el mundo para
salir de allí
con su expresión ideal, con
sus diáfanos cielos
y sus oscuros fondos que
alimentan diamantes.
Y quizá el gran secreto de su
geometría:
el lejano y sutil origen del
poema.
*
* * * *
Aquello del pasado que mantiene
vigencia
El pasado muere y renace en cada generación
José Carlos Mariategui
La juventud también es un
estado de ánimo
y una manera de vivir, como
la poesía.
Una actitud, un pasaporte a
la aventura
y a sus contradicciones y sus
salvajes riesgos.
Si, ya lo sé, hay jóvenes de
mente vieja y viejos
que hasta el fin mantienen su
actitud, la rosa fresca
del coraje.
Y toda rebelión impone luego
su propia ley, su ritmo
y es cuando el equilibrio
organiza la audacia,
distribuye los gestos de la
sangre
y decanta lo que hubo de
extremismo infantl
y de grito de moda en su
barullo.
Cuando sabe enlazar los
hechos de hoy
-inapelables-
de la violencia y el amor,
aquello del pasado que
mantiene vigencia.
Del libro "El rumbo de las islas perdidas"