Llanto de tarde
papá camina, afuera
en el barro del patio
con pasos ya marcados,
tan encerrado en su chapoteo
que no escuchó
el accionar del pestillo,
que yo
no quiero que entre más,
que me deje acá
sólo con vos, esta tarde
en medio del goteo,
y justo justo
estalla el falso ding dong
y se hace la hora
y ni siquiera me hiciste la
merienda y llega la
doctora de aires nacarados
y vestidos deshilachados
para remendar, pero ni ella se salva
del chapoteo en la puerta
que la iguala oh justo a
nuestro viejo mendigo
mojado,
y no
les abras, no
quedate acá conmigo,
que el afuera se haga enemigo
yo sólo quiero
un poco de caramelo
en unas tostadas recién hechas
dejando todo, no escuchando
los golpes en las puertas
de ese hombre y esa mujer
clamándote
de tan lejos, tan cerca
de perderte estuve siempre
que se acabó mi tiempo
de exposición, y no debés
dejar a papá tanto tiempo
en remojo,
silencioso ahora,
espero
el golpe, el insulto logrado,
que me permita el llanto
en lágrimas de lentejuela,
hilos y un dedal.
Altar
Un cirio a mis pies
sobre ladrillos rojos, calientes,
renueva la veneración
al falso milagro;
siempre es mejor
desear el calor de la luna
"Vos sos la sangre
que cae de mis dedos,
el lecho de mis naufragios
que arregla las canillas del baño"
Ignoro la tormenta
mientras subo a tu cielo,
y grito entre truenos,
mi profundo No.
Las manos
no creo que esté bien espiarte
justo a vos
con tus conjuros de costurera
y aguja guardiana que responde
al comando de tu voz
no
no creo que esté bien
mirar por la cerradura a la doctora
que se prueba el vestido ese
que tanto te llevó
por eso abro la puerta
y las encuentro a las dos
tu mirada en una puntada
y ella reflejada
en un espejo que le miente
y le permite ignorarme y
nadie me ve
pero no puedo dejar de mirarte las manos
y eso me delata
mi devoción en mi contra pero
esta vez no me echás
entonces ahí me quedo, ahí parado
ante mis dos gigantes
sólo recibiendo la luz
de la ventana del comedor
la doctora, inmóvil y pálida
con sólo un gesto en la mano
te indica acá o allá
se transforma de a poco en ave
por tu intervención
y vos sin nada en este barrio
al que te trajeron
hace tanto ya
desde esa bota lejana
llena de recuerdos sin salvación
y ocurre un trac
trac trac
un corte allá y
un disparo certero en un ojal
se sube el ruedo y
no sos más mi madre
sos la que creó
la que se hace más grande
la maga sin diploma ni medalla
y la doctora agita sus nuevas alas
se eleva y
vuela por el cielo dorado
no
ella sólo se saca el vestido
que termina en una bolsa bajo el brazo
se lo lleva, me despeina, se va y
no lo ves más
se va a iluminar alguna fiesta
donde vos no estás
las manos quedan vacías
con unos pocos pesos.
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pefoglia