sábado, 30 de octubre de 2010

Días de Radio

Creo que Martín Riva es un programa de radio que se emite los viernes de 15 a 16hs por AM 1140, conducido por el propio Martín Riva, escritor e insistente impulsor de la cultura en sus distintas formas (fanzines, talleres, ensayos, tertulias, poesía, etc...)
El programa repasa con cada emisión temas de actualidad sociocultural y literatura, intervenidos por la personalísima mirada de Martín y compañía. Ocasionales entrevistas a distintos personajes de la cultura avanzan inevitablemente hacia la reflexión constante. Completa el programa un más que interesante selección musical.
En esta oportunidad, Martín tuvo el agrado de invitarnos para presentarnos en sociedad y explicar de alguna forma de que se trata PB, de nuestras bases a nuestros proyectos por venir. Así las cosas, compartimos una breve pero rica y fluída charla que reproducimos a continuación


Pueden escuchar el programa en vivo desde la página de Martín Riva o descargarlo desde allí muy fácilmente y escucharlo así en cualquier momento, desde el celular de la dama o el reproductor de MP3 del caballero. Un programa altamente recomendable.

miércoles, 27 de octubre de 2010

Juan Gelman


SOBRE LA POESÍA

habría un par de cosas que decir/
que nadie la lee mucho/
que esos nadie son pocos/
que todo el mundo está con el asunto de la crisis mundial/ y

con el asunto de comer cada día/se trata
de un asunto importante/recuerdo
cuando murió de hambre el tío juan/
decía que ni se acordaba de comer y que no había problema/

pero el problema fue después/
no había plata para el cajón/
y cuando finalmente pasó el camión municipal a llevárselo
el tío juan parecía un pajarito/

los de la municipalidad lo miraron con desprecio o desdén/
murmuraban
que siempre los están molestando/
que ellos eran hombres y enterraban hombres/y no
pajaritos como el tío juan/especialmente

porque el tío estuvo cantando pío-pío todo el viaje
hasta el crematorio municipal/
y a ellos les pareció un irrespeto y estaban muy ofendidos/
y cuando le daban un palmetazo para que se callara la boca/
el pío-pío volaba por la cabina del camión y ellos sentían que
les hacía pío-pío en la cabeza/el
tío juan era así/le gustaba cantar/

y no veía por qué la muerte era motivo para no cantar/
entró al horno cantando pío-pío/salieron sus cenizas y piaron un rato/
y los compañeros municipales se miraron los zapatos grises de vergüenza/pero

volviendo a la poesía/
los poetas ahora la pasan bastante mal/
nadie los lee mucho/esos nadie son pocos/
el oficio perdió prestigio/para un poeta es cada día más difícil

conseguir el amor de una muchacha/
ser candidato a presidente/que algún almacenero le fíe/
que un guerrero haga hazañas para que él las cante/
que un rey le pague cada verso con tres monedas de oro/

y nadie sabe si eso ocurre porque se terminaron
las muchachas/los almaceneros/los guerreros/los reyes/
o simplemente los poetas/
o pasaron las dos cosas y es inútil
romperse la cabeza pensando en la cuestión/

lo lindo es saber que uno puede cantar pío-pío
en las más raras circunstancias/
tío juan después de muerto/yo ahora
para que me quierás/

Andres Lewin


ESCALERAS

Hombres que suben y bajan escaleras.

Escaleras que se embarran con pisadas.

Pisadas de barro que matan cucarachas.

Cucarachas riendo del humano que las teme.

El temor de los niños buscando ser adultos.

Adultos que ni sueñan con ser niños.

Niños mandarina que no envidian al pomelo.

Pomelos que no pueden ser limones.

Limones que vagan por las noches.

Noches que no ocultan al humano.

El humano que sube y que baja.

Subibajas que no son como escaleras.

Escaleras que no van a ningún lado.

-----------------------------------------

VERANO

Treinta y ocho grados
un blues de fondo
estrellas que iluminan
y yo aquí, en la hamaca.

Soy de los que todavía
cierran los ojos y sueñan
pero el mundo, verdaderamente
es de los tadeo.

Tadeo Benitez
veintiseis años,
kiosquero.

Fue al zoológico
se paró en el medio y gritó:
viva la libertad.
El león fue el primero en romper la jaula
lo siguió el elefante, y juntos
liberaron al mono.
Fueron por la jirafa
y en media hora
no quedaba ni el loro.

Y porque existen los tadeo
yo escribo
escribo con un blues que acompaña
estrellas
hamacas , y claro
también
los treinta y siete grados .

---------------------------------------

PLAZA DE MAYO

Una noche
como cualquier otra:
caminás por el centro
escuchás rocanroles
mientras el Toti apila cajas
empuja su carrito
y Rodolfo duerme
a cuarenta y ocho pasos del cabildo.

Me acerco:
¿ Cómo le va don Rodolfo ?
¿ Que hacés Toti ?, vení
que los milagros cada tanto
suceden, y por suerte Güerrin
todavía está abierto (yo invito).


Moscato pizza fainá
soda.
La clave está en la soda:
que hincha, engorda
los cuerpos se transforman en burbuja
y volamos
nos subimos a la mágica alfombra
y volamos, volamos
hasta ese lejano lugar
donde abrigan las estrellas.


www.andreloweb.blogspot.com

lunes, 25 de octubre de 2010

Entrevista con Alicia Genovese. 1ra parte.




Ligeros equilibrios


Papeles Blancos: En la lectura que hicimos en la Ratonera elegiste leer textos nuevos, ¿ese material va a formar parte de un libro? ¿En qué estado está esa producción?

Alicia Genovese: Me alegró mucho esa lectura porque decidí elegir poemas que no había leído nunca. La mayoría de los que leí los escribí en 2008 en un viaje a EEUU, casi inmediatamente después de la aparición de La hybris. Están hechos en aquel momento y forman una serie que se llama Ligeros equilibrios. Es una de las series de un libro inédito: La sed.

P.B.: En varios de tus poemas está presente el tema de la sed, del agua, ¿qué es lo que evocan?

A.G.: El agua, es un elemento que surge constantemente, soy consciente de eso pero su aparición no es tan deliberada, aparece y la dejo estar. En El borde es un río, en Química diurna es notoria la presencia del río, del paisaje del Delta. Pero el agua ya está desde mis primeros poemas. En una época mis padres vivían en Necochea y yo tenía mucho contacto con el mar. En mi primer libro, El cielo posible, el paisaje era el mar. Con el tiempo me di cuenta de esta recurrencia. Hay constantes que uno conoce de antemano, y hay otras que no, que son mostradas por la escritura. Como si algo se revelase en el trabajo de escritura; el agua debe ser mi elemento. La sed aparece sí como título de este libro inédito y aparecía también en un poema de La hybris que se llama la sedienta, quizás ese poema haya servido de eslabón entre los dos libros. Muchas veces pasa eso hay como una ranura en un libro que da paso al otro, al que está por venir, como un hilito mágico que lleva hacia otra búsqueda y, quizás, incluso hacia otra voz, hacia otra discursividad. Con la sedienta me parece que pasó eso. Y se trasladó al siguiente libro. Justamente, ahora estoy trabajando en una serie que se llama aguas.

P.B.: Sigue siendo recurrente el tema del agua entonces.
A.G.: Ya queda asumido (risas).

P.B.: Vos hablaste de una ilación entre un libro y otro. Volviendo a La hybris, en dónde aparecen muchos personajes femeninos, ¿Cuál sería la ilación entre ellos? Porque de alguna manera parecieran ser el mismo personaje con distintas máscaras.

A.G.: En alguna medida, se trata de mí. Es mi subjetividad y mi opinión. Mi subjetividad multiplicada: en cada uno de estos poemas hay algo mío, y también hay algo que funciona como una máscara. Hay un concepto de máscara que es el que más me interesa y que considera a la máscara no como algo totalmente externo, sino que al usarse se convierte en algo pegado a la piel, tiene tu voz y recupera algo tuyo que puede ser dicho a partir de su precaria mediatización. Por ejemplo, los poemas de La hybris tienen un aire de otra época, de una literatura clásica, de una voz lírica de coro griego. Y detrás de la máscara está el siglo XXI, la vida en una ciudad bastante distinta a la del siglo V a.c. y estoy yo. Pienso que el sentido del uso de la máscara, en poesía al menos, es justamente ése: que la subjetividad no quede relegada sino que sea un canal encontrado por la propia subjetividad. Por eso hablo de una máscara pegada al propio cuerpo y que pueda encarnar en él. Si pensamos en las máscaras que usaban los griegos en sus tragedias, tenían un pequeño amplificador de la voz, pero la voz del actor era la que le daba sentido a esa máscara. Toda la expresividad del parlamento estaba puesta en el tono que podía darle el actor, en sus sutilezas vocales y que de algún modo atravesaban la fijeza del gesto. La máscara sería el modo de ser otro y ser una misma.


La subjetividad estalla


P.B.: Pero hay una dualidad entre el detrás de la máscara y la máscara puesta hacia el exterior, mediando digamos con la realidad ¿La Alicia desnuda dónde está? ¿En ambas? ¿O en esa mediación con la realidad con la máscara puesta?
A.G.: Está en todas partes, porque cuando escribís la subjetividad estalla y no sabés bien por dónde ni en qué momento sos exactamente vos, hay momentos en donde uno es llevado por la máscara. Y hay otros momentos en dónde vos llevás a la máscara. Sí hay una dualidad, y creo que lo que hace la máscara es exteriorizar esa dualidad, y más aún, esa multiplicidad que es nuestro yo. La gran liberación que me dio La hybris fue poder decir a través de algo que no soy yo exactamente, pero que a la vez sigo siendo yo. Se trató de una gran libertad porque me dio posibilidades que tal vez con un yo lírico desnudo no podría sostener. En este libro digo cosas que yo no podría decir, porque son muy difíciles de portar. Pero, a través de las máscaras, las digo. Por ejemplo digo Soy inmortal / en mi arrogancia, cuando yo no podría decir eso, por pudor, supongo, o porque intento ser correcta, pero el personaje puede decirlo. Porque el personaje es la emigrante y está en un momento desolado.

P.B.: A través de la máscara aparece el personaje real, desnudo.

A.G.: Sí, y creo que es lo más placentero. Cuando le envié y le dediqué este libro a Griselda Gambaro, de cuyos personajes me acordaba en ciertos momentos de la escritura de estos poemas, le dije que era el más teatral de mis libros. Ella después me respondió que sí, que estaba de acuerdo. Y me parece que ha sido cierta envidia hacia el teatro o hacia la actuación teatral lo que se ha plasmado en estos textos. El hecho de poder hablar con esa voz. Escribiendo me sentí un poco Antígona, un poco las Erinias, un poco Medusa, todos esos personajes de la mitología que he leído en los textos clásicos, pero con los cuales, a la vez, se tiene una distancia muy grande. Distancia que a veces nos hace pensar que no es posible escribir desde ahí. Y sin embargo, creo que me acerqué a sus voces.

P.B.: Citaste Las erinias, si no me equivoco el corolario de La hybris; con relación a esto, vos estuviste en el exterior a finales de los ochenta, o sea que el último proceso militar lo viviste acá en la Argentina, y no me parece que sea el único libro en dónde está plasmado todo este campo semántico: aparecen la memoria, los pañuelos blancos, los chupados. Hay una voz militante ahí…
A.G.: bueno, gracias, pensé que esto nunca iba a aparecer.


Los setenta


P.B.: ¿Cómo viviste vos el último proceso militar?

A.G.: Yo vengo del setenta, era muy joven en esos años. Pero, viví el furor, la alegría de los setenta y también la tragedia. Yo era militante de izquierda en esos años. Lo era orgánicamente y con mucho cuerpo puesto en la calle, en las manifestaciones, en las reuniones. Lo viví bastante traumáticamente, durante el proceso tuve problemas, porque trabajaba en Prensa Latina, que era la agencia cubana en la Argentina en el momento en que se da el golpe militar. Seguí trabajando hasta el ´78. Era una agencia abierta y estaba en medio de todas las agencias extranjeras, pero nosotros sabíamos que cuando entrábamos o salíamos nos estaban filmando de frente, de perfil: estábamos todos muy fichados, lo cual por ahí era una ventaja, en algún momento también se pensó así. De hecho, me fueron a buscar, mi dirección oficial era la casa de mis abuelos y a ellos les había pedido que nunca dijesen dónde vivía. En esa época yo vivía en una pensión, por el barrio de San Cristóbal. Pero claro, eran abuelos inmigrantes que nunca se imaginaron por qué les decía eso, entonces aparecieron canas de civil y mi abuela les dio mi dirección. Aparecieron en la pensión, afortunadamente yo no estaba, la persona a cargo de la pensión, una mujer muy buena que no sabía a lo que se exponía, no los dejó pasar. No sé si estoy siendo muy anecdótica, pero cuando hablo de la dictadura prefiero hablar de cosas concretas porque lo otro ya lo sabemos. A partir de eso, no fui más a dormir ahí, me mudé, empecé a pasar de pensión en pensión.

P.B.: Un poco a la manera de un autoexilio

A.G.: Sí, en ese momento cada uno hacía lo que podía, y yo hice eso. Me acuerdo que a una de las pensiones donde fui, inmediatamente después fue una por la calle Belgrano, y mi problema para mudarme eran los libros, porque a pesar de que no era una biblioteca tan grande eran muchísimos libros. Entonces, llegué a ese lugar con cajas llenas de libros, los dejé y me fui. Por unos días estuve en lo de un amigo, esperando a ver qué pasaba. Vuelvo a la pensión nueva, llego y la mujer me dice vino la policía. Le pregunto si entraron a mi cuarto, me contesta que sí. Ahí estaban las cajas con libros, muchos de los cuales estaban prohibidos, algunos políticos y otros de autores prohibidos. Libros de Gelman, libros marxistas por supuesto. Le pregunto si vieron algo, me contesta no, vieron que estaban todos empacados y se fueron. Era una razzia de rutina creo, no me estaban buscando a mí en particular, con lo cual me quedé en esa pensión. Pero no me quedé con todos los libros. Los llevé a otra parte. Después, estuvieron viajando durante un tiempo conmigo, la mitad los perdí.

P.B.: Tu primer libro es del ’77. ¿Aparece algo de esto ahí?

A.G.: Por pertenecer a los setenta, pertenezco a una generación en la cual la poesía política hacía destrozos, causaba estragos. Es decir, muchos buenos poetas se convertían en poetas políticos y se autodestruían. Porque la poesía pasaba a ser eso bueno que había que decir, y dejaba de ser eso que hay que decir, simplemente, a secas y con sus zonas oscuras. Y sus zonas insoportables también. En determinado momento tuve una reacción frente a la poesía eminentemente política, desembozadamente política. La poesía que yo hacía era más intimista, lo primero que escribí fue en ese tono. Escribí poesía política digamos al calor de las masas (risas), y al releerlo en algún momento lo descarté porque no era yo ni era lo que yo quería hacer. Volví a mi historia personal y a lo que una chica de esa edad necesitaba escribir. De cualquier manera, en mi primer libro que es El cielo posible, que contiene algunos poemas que fueron recogidos en la antología que hizo Irene Gruss, y dado que nos conocemos de esa época creo que ese rescate tiene también algo de emocional y de fraterno. Ella diría que no. Bueno, quizá no. En muchas de esas imágenes uno puede ver atravesada la época. Por ejemplo, ahora una crítica chilena que estaba trabajando con mis libros de repente llegó al cielo posible y lo leyó a partir de las fechas, que son del ’76, o anteriores. No sé por qué les dejé las fechas y cuando armé el libro también le di un orden cronológico.

sábado, 23 de octubre de 2010

Sebastián Bruzzese



Nació en Morón, pcia. de Buenos Aires el primero de Marzo de 1983.
Las reiteradas mudanzas lo acercaron irremediablemente a la literatura.
En el 2008 autoeditó “Escribir al viento” (recolección de varios fanzines) y “Esxs que andan por ahí”, ahora reeditado por Sol en Turín. Publicó en el 2009 “Resistencia” con la editorial independiente Nulu Bonsai. En el año 2009 también editó "La soledad era una roca cayendo lentamente" y en el corriente "Ni sillas azules", su primera nouvelle.

Es miembro activo de la FLIA (Feria del Libro Independiente y Autogestiva), responsable de la editorial/taller En el aura del sauce, y de la editorial folía.
Dicen por ahí que cree en la poesía más que en cualquier otra cosa, pero la gente es mala y comenta.




Nada que pueda secarse al sol




ayer compre el salmón

de Fabián Casas



edición de Mangieri

del 96



¿en el 96 cuantos años tenías?

¿ya te habías enamorado?

¿ya escribías?¿que escribías?

¿tenias color favorito?



yo en el 96 era un nenito pelado

fue un año de húmedas desesperanzas



en el noventa y seis no escribía

y mi color favorito era el verde



y ahora mismo necesitaría

que un ángel me ponga una mano en el hombro,



pero eso de creer

nunca fue mi fuerte




Domingo



es domingo y los freaks

van en el tren a visitar a sus madres



nena estás flaca

nene ¿por qué tantos aritos?



voy con ellos hasta la terminal

y vuelvo a casa




Helado



cuando te conocí

no podía evitar pensar

que te conocía desde siempre



hola ¿te acordás de mí?

te crucé en yugoslavia,



te vendí un helado,



claro, en ese tiempo

le llamábamos de otro modo




Ciencias duras



yo,

como todo ser vivo,

debo atenerme a las reglas,



he nacido

he crecido

aún me falta



reproducirme

y morir



para reproducirme

debo reproducir mis condiciones materiales de existencia,

pues a un hijo hay que alimentarlo

con el devenir pan del trabajo alienado



la muerte será un juego

y mis hijos

testigos de un cuerpo que se irá marchitando

con las estaciones del año

o sin ellas

lunes, 18 de octubre de 2010

Nurit Kasztelan





Teoremas

Lado más lado al cuadrado es igual
al cuadrado
de la hipotenusa
no a la raíz cuadrada.

¿Y cómo
completo el teorema?

Lleno el hueco
con ese cuento que me leían de chica:
un niño
          con un papá por un lado
          y una mamá por el otro
inventa
la teoría de los lados.

De los lados
elijo ninguno
me quedo siempre
en la línea divisoria.

No es sólo la fuga
de la familia perdida
es alterar
el orden de la geometría lineal
en las cosas.


Nurit Kasztelan nació en Buenos Aires el 16 de septiembre de 1982.
Publicó Movimientos incorpóreos (Huesos de Jibia, 2007) y este año saldrá Teoremas (La propia Cartonera, Uruguay, 2010). Organiza, con Germán Rosati, el ciclo de lecturas La manzana en el gusano y dirige la sección de poesía de la revista No-retornable. Tradujo, junto a Mariana Terrón a la poeta italiana Alda Merini.

jueves, 14 de octubre de 2010

Carolina Castro




minibiografemas

Carolina Castro
nació en Buenos Aires hace 20 años
según dice, actuar la hace feliz y por eso actúa en teatro para niños
y, de vez en cuando, también para adultos

estudia Letras y colabora como editora en Nulú Bonsai. Integra la antología Atada a la Reacción de Editorial Nulú Bonsai, 2009.

Su blog es amarlasúrsulas.blogspot.com
se declara muy adolescente
y fascinada por el surrealismo

es una de las poetas invitadas para el próximo jueves 21 en el ciclo de papeles, en la biblioteca popular eduardo martedí




de la serie Cándida Albicans

II

Se acerca el molusco
de un gran viaje viene
se instala en el día Uno
elige un cómodo lugar
preferentemente húmedo
en el cuerpo de lo que luego se llamará
"mujer"
respira como lo haría un aguaviva
__con mucha dificultad
__mora en la mucosa sensual
__celebra las visitas
__cuida de la permanente lluvia
__sus pertenencias

la mujer
como un nuevo animal que viene
es un espacio fácil
para las batallas biológicas
y esto hace que los moluscos
se vean perjudicados
por lo demás
(y en realidad)
la mujer
__como proyecto de individuo
es propicia para levar

todo puede crecer allí
y los conflictos no se resuelven

los moluscos se las han tenido que ver
con muchos encuentros inesperados
la sorpresa
siempre es excitante cándida
las guerras se suceden
una tras otra
los moluscos yacen y renacen
constantemente
la mujer lo recibe
__lo padece
__se vuelve una transición;
__si fuese agua
__la mujer herviría
__en ella
__los lugares se cuidan con gran recelo
__la soberanía es líquida
__es fugaz:
__ella es un fértil terreno codiciado

también es fértil porque
en general
es una presencia acuática

pero se impacienta y se debilita
entonces los moluscos
se toman fuerte de las manos
se inmolan

y adheridos como la vasta plantación
se adhiere al suelo en el campo,
defienden su hogar
se lo comen

la mujer pasa a ser también
un grito
da lo mismo si de resignación
o de desesperada victoria



III

“Histeria”
viene del griero ὑστέρα
que significa Útero


Paciente
la mujer acepta naturalmente
ser la morada
de los defectos de la biología

como sirena anfitriona
da cálido asilo
a diversos frutos de mar
que se expanden luego
en su interior y la encienden

esta es la razón científica
más acertada creo yo,
para explicar el origen de la histeria



La Lengua


es acertado poéticamente

concebir que, quizás,

se pueda personificar

al músculo más fuerte

del cuerpo




Poseer


la fuerza del león es blanca
los ojos fieles de la fuerza son negros
la falta de carácter del agua es verde
la carne de los niños es negra

Jean Arp





–yo también tengo mis deberes, querido, pero yo

yo los cumplo

porque sino el futuro vendrá por mi

con pezuñas de óxido rojo y gritos enormísimos

a invitarme al subsuelo

a la fiesta oscura de las personas que lloran y fracasan mucho



///con el aliento sucio y polvoriento

con suciedad por debajo de todas las uñas

con olor a sangre, a fruta podrida

niño,

mira como la pierna inmensa de los días

te abarcará el cuerpito

la cabeza

mira como el gigantesco pie ciego

te aplastará, niño



///caerán sobre ti litros y litros de sopa hirviendo

de armarios abiertos

a media noche con sus puertas de afilados dientes

un enorme cajón negro de susurros extraños

como regalo de navidad que abrirás sólo, en la más plena

y peligrosa soledad de niño

///una hermosa casa, un patio colorido

un cementerio en la cucha del perro

el mismo perro

rabioso

y tu soledad de niño despavorida y asustada



///el automóvil aniquilará al gato

y por la noche veras a tus padres haciendo el amor

desde tu impotencia de juguete

sin poder entender el ruidoso dolor que sofoca a tu madre



///¡oh, pero niño!

mejor anda, ve

¡juega!

tienes de repente

la cara muy pálida.

martes, 12 de octubre de 2010

MALDICION MALEVA, este jueves en la ratonera


maldición maleva
conjunto de tango: guitarra + voz
se presenta este jueves 14 a las 22 hs. en la querida Ratonera Cultural

habrá tangos, valsesitos,moscato y vino en proporciones
están todos absolutamente invitados

domingo, 10 de octubre de 2010

outlet de papeles




El bolsillo aprieta cada vez más, al calor de la inflación y también del deseo; como suele pasar, los salarios suben por escalera y los precios por ascensor. Vuelve entonces a resonar aquel viejo tango: ¿dónde hay un mango, viejo Goméz? Y sin embargo, todavía nos resulta del todo placentero darnos algún pequeño gustito: alguna salida, comprarse un libro por ejemplo. Desde Papeles Blancos comenzamos esta sección outlet con un muy breve y antojadizo punteo de lugares del centro, acá en capital, en dónde es posible conseguir muy buenos libros a un excelente precio. Porque no tenemos la menor idea de dónde hay un mango, pero sí de dónde es posible gastarse esos morlacos una vez que, felizmente, los tengamos.


HOY: POR EL CENTRO



Todo el mundo sabe que Avenida Corrientes es, en sí misma, una librería prácticamente infinita. Y a veces, se transforma también en un laberinto en dónde resulta muy sencillo perderse. Subrayamos como punto estratégico Sudeste libros, en Av. Corrientes 1117, obviamente esquina Callao. Además de ofrecer ediciones antiguas de libros clásicos, tiene una más que interesante oferta cuasi-secreta: un increíble sector en dónde es posible llevarse tres libros por sólo diez pesos. A modo de ejemplo, les contamos que conseguimos bajo esa modalidad una Antología del formalismo ruso, prologada por Beatriz Sarlo -que reproduce los textos más relevantes de la antología de Todorov- ; El Capote de Gogol, traducido por Centro Editor, y justamente analizado por los formalistas; y La Vida de Chacho y otros textos, de José Hernández. Todo, por diez pesos.

Librería Terramar queda en Av. de Mayo 1110. Cuenta con una serie de colecciones que la propia editorial Terramar viene trabajando con mucho éxito desde hace un tiempo. Entre ellas resaltan las colecciones Letras argentinas Siglo XX y Pensamiento Argentino Siglo XIX. Ambas series reeditan textos nacionales un tanto difíciles de conseguir. En estas colecciones, que cuentan entre otros con el imprescindible Plan de Operaciones de Mariano Moreno, un cierto libro brilla por su desparpajo pero también por su importancia y su cuidada edición. Se trata de ¿A mí me lo vas a contar?, que compila el trabajo de Enrique Santos Discépolo y su recordado –y desde acá celebrado y defendido- personaje que discutía con el contrera Mordisquito. También es digno de mención el conocido Cajón de Sastre//Saldos que se encuentra hacia el final de Librería Terramar, en dónde es posible encontrar por $5 muy buenas ediciones de Sucesivas y Coordenadas, de Lezama Lima; Los heraldos negros, de César Vallejo; Una excursión a los indios ranqueles, de Lucio V. Mansilla (en dos tomos, es decir ¡por diez pesos!) También es posible encontrar allí La vida es sueño, de Calderón de la Barca. Podría incluso darse este gran momento: compramos esta obra de teatro un día miércoles y vamos directo hasta el San Martín en dónde nos espera, por $25, la excepcional puesta dirigida por el catalán Calixto Bieito y protagonizada por la bellísima Muriel Santa Ana y Joaquín Furriel. Lo cual sería a todas luces una salida memorable… y por un par de morlacos que ahora tan sólo hace falta que aparezcan.


Por Patricio Foglia

John Lennon - Double Fantasy - 01 - (Just Like) Starting Over



john lennon -heroe de la clase obrera-

Our Life together is so precious together
We have grown - we have grown
Although our love is still special
Let's take a chance and fly away somewhere alone

It's been too long since we took the time
No-one's to blame, I know time flies so quickly
But when I see you darling
It's like we both are falling in love again
It'll be just like starting over - starting over

Everyday we used to make it love
Why can't we be making love nice and easy
It's time to spread our wings and fly
Don't let another day go by my love
It'll be just like starting over - starting over

Why don't we take off alone
Take a trip somewhere far, far away
We'll be together on our own again
Like we used to in the early days
Well, well, well darling

viernes, 8 de octubre de 2010

Horacio Gonzalez. Visita al MNBA. 29/09/2010. Primera parte.




(Lo que sigue a continuación es la primera parte de un desgrabado: se trata de Horacio González en la visita realizada al Museo Nacional de Bellas Artes por parte de estudiantes y docentes de la cátedra "teoría estética y teoría política" el día 29/09/2010. Me parece que el interés que puede generar lo allí expresado supera con creces los límites acotados de quienes cursamos la materia)


Este museo era antes una toma de agua, esto creo que tiene que ser dicho en primer término. Ni siquiera el Louvre, creo, surgió como museo: era un viejo palacete. La idea de acumular objetos, ruinas y reliquias del pasado y destinarlos a la contemplación pública de modo que la comunidad encuentre cierto síntoma de identidad, esa es una experiencia que tiene cierta semejanza con las experiencias religiosas. No es exactamente una misa… es una experiencia más bien del lado laico pero no deja de ser algo que supone cierta mística comunitaria, un halo de respeto, devoción, están los guías turísticos, están palabras como éstas, hay silencio, hay guardias, de modo que la idea del arte que debe ser contemplado bajo ciertas condiciones especiales es lo que, de algún modo, caracteriza la idea de un museo. El asistente al museo piensa que se le proporcionan las condiciones adecuadas, que son condiciones de la ceremonia del silencio, del respeto, de la autorreflexión, y al mismo tiempo siente con extrañeza que se le quita algo del orden de la vida, del ruido de la ciudad. El museo tiene esa característica, y es esa la dialéctica del museo. A cambio de la vida agreste y conflictiva y violenta, en el museo se exige -como en una misa- que los dioses imaginarios que lo pueblan sean de algún modo convertidos en una experiencia de contemplación y de construcción de una comunidad imaginaria.

Este edificio siempre me pareció más interesante desde que descubrí que antes era una toma de agua. Hay un aspecto singular, desacralizado totalmente en este museo, es la vieja toma de agua de la ciudad de Buenos Aires, cuando el río llegaba muy cerca de acá. Estamos hablando de fin del siglo XIX. Cuando la toma de agua se construyó en 1880 en el edificio de la calle Córdoba, este edificio quedó desactivado y dispuesto a otros fines ¿cuáles serían esos otros fines? son los fines que una élite gobernante definió, y lo definió como museo de bellas artes. El museo de la calle Córdoba, hoy también es un museo y no es más una toma de agua, es un edificio que es la réplica de un edificio holandés, muy hermoso, traído en varios barcos desde Holanda, y se construyó tal cual el modelo originario del edificio de Ámsterdam. Pero es un tanque vacío, y también es ahora un museo, de modo tal que la relación agua-museo… no sé si es excesivo lo que digo (risas)… bueno, estamos fuera de la facultad, en la facultad nos piden ciencia, acá podemos decir otras cosas: y está lloviendo además, de modo tal que el régimen argentino de asociación libre aparece plenamente. Entonces, me pareció que la cuestión de la devoción por el pasado y la idea de lo que fluye permanentemente -como el agua- alguna relación tenía que tener. A diferencia de otros museos en el mundo -no es que conozca muchos- pero este no deja de ser una toma de agua todavía: vean esas columnatas, la fachada, el aspecto estatal descuidado que tiene, el estado no construye una toma de agua con columnas dóricas, jónicas, la construye con estas columnas abusivas, columnas que no reflexionan sobre sí mismas como lo hacen las columnas griegas, las romanas. Preámbulo para otra cuestión vinculada con los museos y los cuadros.

En mi época anterior, cuando despreciaba los museos, no se me había ocurrido pensar que la asistencia al museo y ver algún objeto de algún museo podían intervenir de alguna manera en la historia viva. En algún momento, uno con una edad anterior a la que tiene la mayoría de ustedes había leído una novela que ya no se lee más, que es El túnel, de Ernesto Sábato. Alguno la recuerda. Es evidente que nadie lo lee más, pero antes se leía. Esa novela es de 1948 y trata, si no recuerdo mal, del tema de la contemplación de un cuadro. Entonces, dentro de un cuadro se abría un mundo. Bueno, hoy esa idea también no me parece que figure en ningún programa personal de educación artística, de reflexión personal, de construcción de biografías. Creo que no es posible pensar que la contemplación de un cuadro sustituya la televisión por ejemplo, la producción de imágenes contemporáneas, para reflexionar sobre el itinerario vital, que puede ser el nuestro o el de otro o el conjunto de relaciones en el que estamos envueltos. Y descubrí que esta idea de mirar un cuadro e inventar un mundo era una idea muy fuerte. Sigue estando presente de alguna forma en la bibliografía contemporánea: en Las palabras y las cosas de Foucault es contemplar un cuadro. Creo que lo hace mejor que Ernesto Sábato. Pobre Sábato, no sabe qué hace, tiene cien años, está en Santos Lugares… Entonces, pensé que valía la pena recuperar esta idea de estrato anterior del arte, anterior a las imágenes móviles, a la televisión, y da la impresión de que se sostiene aún la idea de que contemplar un cuadro algo significa. Significa el punto de vista del flujo de la vida, de las aguas, digamos. Y la prueba es Las palabras y las cosas que es este libro que surge primero de un cuento de Borges, y en segundo término de Las meninas de Velázquez. Prácticamente extrae la tesis de que la historia de la mirada, la historia del pensamiento se divide en dos: la época clásica, y la época posclásica. Foucault divide los tiempos, y recordarán que cuando describe Las meninas hay una teoría de la percepción, una teoría del poder público, del poder político, hay una teoría de la pintura. El cuadro se situaba en un lugar en donde se cortan los temas. Y eso también parece un poco abusivo, pero ya hace de la visita al museo algo mucho más interesante, que permitiría escribir un montón de libros que, con suerte, podrán cambiar la historia de las ciencias sociales si se encuentran el cuadro adecuado y las palabras adecuadas para escribirlo. Siempre pensé que ese podía ser el momento de la visita. Una visita reveladora -risas-. Que cada uno diga acá está! El cuadro de Prilidiano Pueyrredón! ¿y a quién le ganó Prilidiano Pueyrredón? Pero cuando vean al Prilidiano Pueyrredón de las dos chicas tiradas en la cama van a ver que no se puede decir ¿a quién le ganó? Ese cuadro es superior al suplemento SOY de página/12, a los artículos de María Moreno. Y eso, en 1830. Ni sé lo que dije. Está mal lo que dije.

Hay una observación que hace Artaud. Antonito Artaud / Antonin Artaud. Que tampoco se lee mucho, se leía mucho antes, hace varias décadas en la Argentina. Sigue siendo interesante para quienes se interesan por la locura, por la extralimitación de la razón, por la idea del arte como una forma que surge más bien de la pudrición del lenguaje. Y él tiene una observación sobre los cuadros de Van Gogh, sobre el cual escribe un libro llamado Van Gogh, el suicidado por la sociedad, es decir: alguien posee un secreto y la sociedad debe suicidarlo: la otra gran teoría francesa del suicidio después de la de Durkheim, y quizás más interesante. Y no tan interesante, al suicida de Durkheim le pasa algo con el mundo colectivo, se retira de su conciencia o entra demasiado en su conciencia, y frente a eso el suicida tiene que tomar una determinación estadística: consulta las estadísticas anuales… (los presentes se empiezan a reír, a lo cual González contesta: es así! Lo dice Durkheim!) y entra dentro de las estadísticas anuales, porque las estadísticas son formas del destino. Bueno, Artaud dice que cuando va a contemplar el cuadro Los cuervos percibió también el corte de los tiempos. Hay una gran influencia de Artaud en Foucault. En ese texto Artaud señala ahí percibí que no son las guerras, las crisis económicas, los hechos que explican ese corte. Miren el salvajismo de este pensamiento para los estudiantes de sociología, es un pensamiento prohibido para los estudiantes de esta carrera. Dirían los sociólogos: los cambios suceden en el flujo de las aguas de los tiempos ¿cómo suceden? A partir de la estructura económica, a partir de las fuerzas productivas. En cambio, Artaud dice todo lo contrario, y lo dice de una manera abusiva, radical, insoportable. En las últimas décadas me pareció que era un motivo de replanteo y de dramática reeducación para estudiantes de sociología esta visita al museo. No para que dejen de pensar lo que las ciencias sociales encaminan, sino para percibir en qué lado de la reflexión está lo absolutamente contrario a lo que forma parte de la educación, preparación, pedagogía reinante. Y esto es lo absolutamente contrario, no tiene sostén este pensamiento, que el mundo se divida en el momento en que yo contemplé un cuadro: antes y después de ese hecho. Y esa descripción que hace Artaud de Los cuervos, finalmente reintroduce todo lo social: reintroduce la guerra, y describe la crisis del mundo contemporáneo sin ninguna palabra referida al lenguaje habitual para describir las crisis. Entonces, volvemos al tema que nos trae acá, si la visión de un cuadro puede efectivamente producir esos efectos desde el punto de vista de la comprensión del tiempo, de la vida, de las relaciones de todo tipo, de la elaboración de una idea de sujeto.



Versión: Patricio Foglia.

lunes, 4 de octubre de 2010

Esto no puede seguir así

Hace ya tiempo Barthes señaló la extrema soledad en que se encontraba el discurso amoroso, el cual era a un mismo tiempo hablado por miles y miles pero a la vez sentenciado o bien al olvido o bien a un furibundo rechazo por parte de los mecanismos de saber-poder. Otro tanto ocurre con lo que podríamos denominar el discurso poético, el cual parece persistir al margen de los discursos dominantes. Sin embargo, ese margen del discurso poético es el que le brinda en cierta medida un determinado poder: agazapado al costado y recostado de manera aparente en un manso sigilo, de súbito este discurso emerge directo desde su característica desolación hacia la yugular de los discursos dominantes, irrumpiendo intempestivamente contra todo lo establecido.

El discurso poético pone cada vez en escena y en cuestión no sólo sus propias condiciones de existencia sino las de todo aquello que puede ser dicho y escuchado. Entonces, este discurso al parecer al margen y marginado pero por eso mismo feroz y hambriento, se lanza como un artefacto endemoniado, como un animal metonímico hacia un más allá de sí mismo. El discurso poético se encuentra, aquí y ahora -al menos en esta ciudad-, en cierto grado hegemonizado por una serie de procedimientos que, como ya señalaba Barthes, ignoran o niegan con refinado asco las potencialidades del discurso amoroso.

En este contexto se inscribe felizmente el nuevo libro de Osvaldo Bossi, ganador del primer premio de la provincia de Córdoba 2009. Esta nueva obra da cuenta de una escritura de la resistencia y transvaloradora en un doble sentido:

Podríamos decir en primera instancia que la obra de Bossi en su conjunto se escribe justamente desde la distancia anhelante que implica todo deseo, desde ese "entre" existente entre quién desea y aquello que es deseado. Es una escritura del deseo que vuelve material literario esa distancia y la tensión que supone -y de la cual parte-, y al hacerlo corre de su habitual eje al propio discurso poético. Si en Buenos Aires lo habitual parece ser reproducir otra vez una forma mecánicamente oscurecida tal y como reza el academicismo dictado en Puán, o sino algo más o menos cool y surrealista, ó su contrario: una especie de objetivismo que opera por la negativa y dónde las máquinas que expenden gaseosas son portadoras de toda la soledad del mundo, en cambio la obra de Bossi -y esta última con particular énfasis- parece surgir desde un intersubjetivismo positivo que se crea a sí mismo como escritura y al mismo tiempo aparece motorizando todo devenir. Una literatura entonces desde y a partir de un más allá de la propia literatura: furiosos fragmentos de un discurso amoroso.

cómo puedo yo / estando ahí ese chico / terso y brillante como una espada, / seguir estudiando las disquicisiones / que cierto poeta famoso hace / sobre el verso libre, aunque sea tan / maravillosa su teoría

¡Eso mismo!

El discurso poético, extrañado de este modo por una inteligible pero perturbadora escritura del deseo realiza así su inexorable y bello gesto y toma por asalto todos los otros discursos existentes. Es este un (a)salto particularmente extraño y subversivo: se produce cuando el propio discurso poético reproduce de una u otra forma otros discursos en su interior, y al hacerlo se configura a sí mismo como el escenario de una serie de batallas. Y como bien dice el poeta: ESTO NO PUEDE SEGUIR ASÍ.

Los poemas que componen este libro destellan la oscura belleza de una piedrita encontrada a los pies de un volcán, una piedrita lanzada desde un lugar que, de manera consternadora y revulsiva, dista de ser un centro. Y que niega todo centro y toda periferia, y prefiere ese arco que se abre y tensiona entre dos -o más- sujetos de deseo. Lejos de ser un poeta del sigilo, la voz que emerge de ESTO NO PUEDE SEGUIR ASÍ es una voz entrecortada, un gémido de un placer por venir, y a esta altura -nadie lo duda- es también un estruendoso grito de guerra.


Patricio Foglia


la yapa: un fragmento de un poema que, desde las lecturas previas a la publicación del libro, ya se sabía clásico, y va directo a la única antología que importa: la mía.



DESPEDIDA

tú caminas como el incendio de un bosque
Puma, mi bienamado: cómo seguirte



Lo siento, padrecito,
pero voy a irme con mi amigo Lisandro
esta misma noche.
Todavía no sabemos bien adónde,
si a Michigan o a Hong Kong
pero no importa: miraremos la luna
desde la ventanilla del tren
y el pueblo que se aleja, pequeñito, a la distancia


Aunque Lisandro sea, como usted dice,
un borracho perdido.
Aunque parezca un poco tarde
para nosotros (siempre es un poco tarde).
/////////////////////////////// Vamos a irnos.


Estoy armando mi bolso
ahora mismo, y ninguna lágrima
me hará mirar con nostalgia
las cosas que dejo atrás.

(...)*


*fragmento de DESPEDIDA, en Bossi, Osvaldo; ESTO NO PUEDE SEGUIR ASÍ, Letras y Bibliotecas de Córdoba, Secretaría de Cultura de la Provincia de Córdoba, 2010.

sábado, 2 de octubre de 2010

POSIBLES INSTRUCCIONES SOBRE COMO LEER POESIA


- Lea en voz alta, gesticule, acompañe con el cuerpo la lectura. Si está rodeado de gente y tiene temor al ridículo, conviva con el miedo o haga otra cosa, la poesía no se lee sólo con la vista.

- Si está en el colectivo, cierre los ojos veinte segundos. Recien ahí puede considerarse preparado para comenzar con el texto.

- En la cama, procure no tener compañia. Si la tiene, mis felicitaciones, pero cierre el libro, hay cosas más importantes en la vida.

- En una playa (buen lugar), sólo limpie de arena el libro al terminar la lectura (el libro no tiene la culpa de su dicha).

- En el banco de una plaza, disfrute, sólo disfrute, quizás usted también tenga algo de poeta.

- Nunca lea desde una pantalla de computadora. Olvídese de los que quieren cuidar el medio ambiente, imprima, el camino del conocimiento vale más que uno o dos árboles.

- Nunca se pregunte que quiso decir el poeta, más bien pregúntese que le provoca a usted la lectura.

- No pretenda entender con la razón. Por lo general, la que escribe no es la razón, sino alguien más misterioso.

- Olvídese de toda regla sintáctica, la poesía es un lenguaje aparte.

- Los cortes de versos, inteprételos como una pausa, una respiración en la lectura. Nada más (nada menos).

- Procure no conocer a un poeta, se va a desilusionar. Si su poesía es valiosa, seguramente será una persona insignificante. Y viceversa, si es una persona maravillosa, no lo lea, para que ?

- Toda regla tiene excepciones.

- Si usted piensa que hay plena armonía en este mundo, no pierda el tiempo con la poesía, haga cosas más productivas.

- Y si cree en la productividad del tiempo... discúlpeme, pero no lo entiendo, como es que llegó hasta aquí con este texto ?

Andrés Lewin