domingo, 27 de febrero de 2011

Alejandro Raymond

que la noche nos encuentre viajando
que viajar sea siempre a favor del río
que el río nos acompañe cantando
que el canto traiga alegría
que la alegría sea compartida
y que compartir sea una unión entre hermanos
que los hermanos abran las puertas de sus casas
que las puertas y las casas nos dejen salir
a pasear por la noche
que la noche nos encuentre viajando

* * *

Ahora el cielo es salvaje
y está prendido fuego.
En la tierra nadie tiene miedo,
la noche tiene sus certezas,
y en algún punto del planeta
en este momento
es de noche.

Una puerta se abre,
una flor se abre,
un corazón se abre,
el agua del río que es en esencia todo el agua
acomoda las piedras.

* * *

que los barcos sueñen con ovejas
y las ovejas con barcos
que los perros extrañen a la luna
y la luna extrañe a los perros
que un gato y una jirafa salgan a jugar
entre las sombras
que las sombras se empachen
y el empacho escupa gatos
que los gatos escupan horizontes y revienten
que las jirafas salten la soga y no decaigan
que la soga no apriete
que los barcos, las ovejas, los sueños,
los perros, las lunas, los gatos,
las sombras y las jirafas
se acuesten sobre el horizonte
que el horizonte amanezca embravecido

* * *

la lluvia no dejó
ni este verde,
ni esta niebla,
ni este dolor.
La lluvia
dejó todo
en el sol.

* * *

que la trampa no nos muerda la cola
que la cola se aleje de la boca
para que las tripas puedan albergar al alma más grande
que lo grande y lo chiquito sean ideas que se pierdan
al fondo de una heladera
que la heladera quede llena de recuerdos
que los recuerdos,
en especial los del Tío Alberto,
se vayan poniendo dulces y amarillos
que amarillo sea el color del sol y de la muerte
que la muerte y el sol sean dos caras
de la misma moneda
que la moneda se pierda en un bolsillo amigo
que más allá de la trampa,
las tripas, las heladeras y el amarillo,
los amigos nunca falten

Los poemas seleccionados pertenecen al libro Que la noche nos encuentre viajando.

* * *

Alejandro Raymond nació en Buenos Aires en 1981. Publicó los libros Ceci no es una Pipa (El Asunto, 2005); Duendes del Conurbano (El Asunto, 2007); Guita Criolla (2009); Poemas con Famosos (El mal paso, 2009); De este lado del mundo (No hay verguenza ediciones, 2009); Que la noche nos encuentre viajando (2010) y Matar un elefante (No hay vergüenza ediciones, 2011). Es miembro activo de la FLIA (Feria del Libro Independiente y autogestiva amiga almibarada anarka). Actualmente vive en San Marcos Sierras, dedicandose a la venta ambulante y en ferias de libros propios y ajenos, todos de ediciones autogestivas. Se lo puede contactar a través del blog http://www.lapipicucu.blogspot.com/

miércoles, 23 de febrero de 2011

Richar

Yo vine volando con las mariposas.
Nada vine a cambiar aquí,
sólo a ponerle nombre a las cosas
y a cuidar el jardín.

* * *

sacha huasi

Mi casa en el monte
es un mundo de verdad.
Me falta el horizonte,
me alcanza la soledad.

Mi casa en el monte
es vertiente de pureza.
Me brota la alegría,
me moja la simpleza.

Mi casa en el monte
es un templo de dios.
El cielo y la tierra
y yo entre los dos.

* * *

ríos de piedra

Vivo en un valle
perdido en las sierras,
le dicen San Marcos
a San Marcos Sierras.

Mi novia es el monte,
mi dios es la piedra
y no tengo donde
morir en la tierra.

San Marcos montes
montes y sierra
San Marcos ríos
rios de piedra.

Gané tu cielo
perdí mi tierra.

* * *
como el río

A veces soy como el río
que vuelve por sus arenas.
A veces soy como el río
bajo con furias y penas.

Me reseco en el invierno,
me brotan las primaveras
y del verano al otoño
vengo manchando riberas.

A veces soy como el río.
A veces soy como el río
que vuelve por sus arenas.

Un latido de poetas
tiene este corazón mío.
Mis versos son las piedras
que viene trayendo el río.

* * *

sin bicicleta

Por el planeta
voy caminando
sin bicicleta
moto ni carro.

No uso trenes
ni tomo barco
y los aviones
me tienen harto.

Si es tu pregunta
no ando a caballo,
pues no me gusta
pues no me hallo.

Voy como el indio
ando de a pie,
pasito a paso
pasito a pie.

Un poco a dedo
o con mis pies,
pasito a paso
pasito a pies.

Si cuando paso
tu no me ves,
será tu paso
serán mis pies.

Si cuando paso
tu no me ves,
pasito a paso
pasito a pies.

Por el planeta
voy caminando
sin bicicleta
rumbo ni carro

* * *

bienvenidos al tren

Señor por aquí
señor por allá.
Señor no se puede
no se puede señor:
no se puede subir
no se puede bajar.
Señor no se puede
no se puede señor:
no se puede beber
no se puede fumar.
Señor por aquí
señor por allá.
Señor no se puede
no se puede soñar.


Los poemas seleccionados pertenecen al libro El Río Suena / elogio a San Marcos Sierras
(se consigue en la feria de artesanos de San Marcos Sierras y en la F.L.I.A. )
* * *
Richar nació una vez en Buenos Aires hace mucho tiempo, donde fue comerciante, tipo jodido y millonario; nació una segunda vez viajando por el mundo como discipulo de Krishnamurti y nació una tercera vez en San Marcos Sierras donde renunció a todo y donde se convirtió en un alquimista de los licores, las berenjenas al escabeche y las pastas de aceitunas. Mientras tanto, en su cabeza, se iba recitando unos poemas que había decidido nunca llevar al papel. Pero un día, esos poemas empezaron a ser muchos y los fue soltando, y la gente los iba escuchando y quería más. Entonces, se anoto en un curso de encuadernado de libros, pero se dió cuenta que no quería agarrar una aguja ni una abrochadora, entonces, conoció la FLIA y a tres muchachos que estaban dispuestos a editar su libro. Durante 8 meses vino a nuestra casa a dictarnos sus poemas, los discutiamos, los ibamos corrigiendo, discutiamos más, hasta la última coma, y su cabeza se fue liberando. 70 poemas tiene El Río Suena, editado en enero del 2011 en San Marcos Sierras, ahora Richar es una estrella de rock y firma autógrafos. Sin embargo, en la feria de artesanos, en su puesto de exquisiteces, el no quiere vender su libro, porque no, porque si el agrega su libro junto a los frascos, quizás, un día, nosotros, los que hacemos y vendemos libros, nos pongamos a vender aceitunas.
Alejandro Raymond

lunes, 21 de febrero de 2011

una noche por los aires

viajar en avión, recorrer la ciudad desde arriba y a cientos de kilómetros por hora, como una permanente nebulosa en fuga. no puedo dormir, tengo nubes en los pies.

a cierta altura, se pueden ver las estrellas: iluminan el cielo de Belo Horizonte o de Buenos Aires o de donde sea que sea. recuerdos del olvido -un presente, después de todo- las estrellas son aquello que explotó hace rato, y no quieren reconocerlo.

las estrellas como otras luces de ciudad, que nos titilan después de una infinita telaraña eléctrica, más allá de los tubos de neón que recubren el ojo urbano.
aterrizamos. de alguna forma la luz triunfó: ni un rastro de vida. son las cuatro de la mañana, un colosal aeropuerto está vacío.

miércoles, 16 de febrero de 2011

miércoles, 9 de febrero de 2011

Nicolás Dominguez Bedini, en P/12


Al oído y bien fuerte. Por Federico Lisica.


Decirte al oído es un poemario en clave biográfica, instantánea de los veintipico, y momento en el que este escritor de San Miguel vio cómo el oficio de DJ se masificaba, iba perdiendo la audición –algunas chicas– y ganando un irrefrenable poder para contar su mundo.



En un poema de su libro inédito Sueño con lavadoras, Nicolás Domínguez Bedini (37 años) cuenta que sonó la canción pop perfecta. Pero seguro que no la pensó para los hermanos Gallagher. Ese estribillo, que apela a la dulzura de una galletita y repite “incesante la palabra Manon”, tiene que ser para artistas amigos (lo que no quiere decir que los conozca) como Perdedores Pop, Menos que Cero, Pablo Krantz, o los españoles La Buena Vida y Familiy (con Gastón Caba fue más allá y le escribió letras para sus temas).

Cuando se refiere a Decirte al oído, Bedini impulsa sus dos manos hacia el libro. “Es que está todo, es un combo, una coctelera –explica–. Me acercaba a los 30; la crisis de los 27 y la de 2001; esta cosa de la mitología del rock; desengaños amorosos; de amigos que se iban a vivir afuera. Ese fue el hilo conductor y además me puse a mí, a Nicolás, como protagonista. Tuve que aceptarme, era un chico de suburbio con un pie en Capital. Me llevó casi una década escribirlo.” Tomó dos máximas para hacerlo: una, del poeta brasileño Carlos Drummond de Andrade (“es mi vida lo que arriesgué en los poemas”) y la otra de Morrissey (“en la vida hay mucho más que libros, pero no mucho más”).

Un escaneo por el libro (editado por El Monte Análogo, su propia editorial y programa de radio) entrega citas a la Velvet Underground, Pulp o Billy Idol; preservativos sin usar, paseos en un estanciera destartalada por San Miguel y confesiones a un abuelo moribundo. Aunque –por cantidad y novedad– son otros dos los temas que resaltan: Nicolás es DJ y padece “hipoacusia bilateral profunda”. Bendini lo cuenta en uno de los poemas más extremos de Decirte al oído (“A todos los audífonos del mundo”). Lo que podría funcionar como oxímoron en Nicolás es su propia existencia. “La cultura rock y los libros me salvaron. Estaba en una encrucijada porque no podía seguir aferrándome a la música por mucho más tiempo. Me di cuenta de que iba a ser mucho menos angustiante si empezaba a laburar desde el silencio”, interpela. Atención: Nicolás no narra desde la misericordia.

“El silencio –escribe– es la gran tragedia de mi vida... y no me importa.” Es un habla –y una escucha– sincera y, a veces, peleona: “Era muy freak para el mundo donde me manejaba. Cómo lo puedo explicar... porque en mi primera novela lo retomo. Hay un momento de la juventud que tiene que ver con el armado de persona-personaje, de por dónde uno circula. Y yo decidí hacer ruido, llevarlo al extremo, generar fricciones hasta en los vínculos. Ok, es lo que me tocó, ¿qué hago con esos dos mundos, el de estar enchufado y esta nueva instancia? Y ahí va”.

Desde los 12 años que es DJ (“no de boliches, ni de fiestas electrónicas”) y hace “bailar a las suegras en los casamientos”, como señala en el poema que le da nombre al libro. Los CDRs, las revistas especializadas, las bajadas en Audiogalaxy y reflexiones sobre un oficio que se volvió “salida laboral”, aparecen en su prosa. No hace falta preguntarle por cierto hit inoxidable, ese mashup verbal entre Pappo y DJ Dero. Basta leer ese recuerdo por la prueba de sonido de Riff en una fiesta de carnaval. De ese pasado a un presente nuevo. El mismo Bedini traslada de las bandejas a un escenario –y a su método de escritura– hits y enganches: el equilibrio sobre la pista. “Cuando leo mis poemas en vivo, voy con mi valija de libros. Hace poco me dijeron que los pasaba como si fueran discos. Y es así. Voy pensando en lo que sigue. Vas con tu set, aunque tenés que estar preparado para el azar.”




(extraído de
http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/no/12-5245-2011-02-08.html)
Para seguirla: elmonteanalogo.com.ar
nicolasdominguezbedini.blogspot.com

domingo, 6 de febrero de 2011

Wislava Szymborska

A veces, sólo a veces, hace bien leer los diarios para enterarse lo que pasa en el mundo. Hoy, en el suplemento RADAR de Página12, Guillermo Saccomano nos cuenta sobre la poeta Wislava Szymborska, premio Nobel en 1996, de quien recientemente se publicó su "obra incompleta". Puede leerse la nota en el siguiente link: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/radar/9-6816-2011-02-06.html

Transcribimos fragmentos de su poesía obtenidos del artículo del diario:


AMOR FELIZ

Un amor feliz. ¿ Es normal,
serio, útil ?
¿ Qué saca el mundo de dos personas
que no ven el mundo ?

Un amor feliz. ¿ Es necesario ?

El tacto y el sentido común nos obligan a callar al respecto
como si de un escándalo en las altas esferas de la vida se tratara.

Que la gente que no conoce un amor feliz
afirme que no existe un amor feliz en ningún sitio.

Con esta creencia les será más llevadero vivir y también morir.

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Morir lo necesario, sin exagerar.
Crecer lo necesario, de lo que se ha salvado.
Sabemos dividirnos, es verdad, también nosotros.
Pero sólo en cuerpo y susurro interrumpido.
En cuerpo y poesía.

El precipicio no nos corta en dos. El precipicio nos rodea.

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MIEDO ESCENICO

Poetas y escritores. Porque así es como se dice: Los poetas no son escritores sino qué.

Al poeta la poesía, al escritor la prosa.

En la prosa puede haber de todo, hasta poesía,

en la poesía tiene que haber sólo poesía.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Somos hijos de la época.
La época es política.

Todos tus asuntos, los nuestros, los vuestros,
asuntos diurnos, asuntos nocturnos,
son asuntos políticos.

Caminando por el bosque, por la selva
son políticos tus pasos
sobre un fundamento político.

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En vagones sellados
van los nombres del país,
¿ hasta donde irán así, bajarán alguna vez ?
no pregunten, no lo diré, no lo sé.

Asi es. Por el bosque va un transporte de gritos.
Así es. Despertada en la noche, oigo,
eso es, el retumbar del silencio en el silencio.

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NOCHE

Dios finge
que entró volando sin querer
que no, que para nada es aquí,
y luego se lleva a papá hasta la cocina
para ponerse de acuerdo;
desde una gran trompa le sopla al oido.
Y cuando mañana, apenas amanezca, papá me lleve consigo,
iré, iré,
negra de odio.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

Cuatro mil millones de seres en esta tierra
y mi imaginación sigue siendo la misma.

A una llamada atronadora, respondo con un susurro.
Cuando callo, no lo diré nunca. Ratón a los pies de la montaña madre.
La vida dura unos cuantos rasguños en la arena.

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LAS TRES PALABRAS MAS EXTRAÑAS

Cuando pronuncio la palabra Futuro
la primera sílaba pertenece ya al pasado.

Cuando pronuncio la palabra Silencio,
lo destruyo.

Cuando pronuncio la palabra Nada,
creo algo que no cabe en ninguna no-existencia.

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Más sobre Wislava Szymborska en http://es.wikipedia.org/wiki/Wis%C5%82awa_Szymborska