jueves, 23 de junio de 2016

Jorge Leónidas Escudero

Oro nestas piedras - Documental sobre Jorge Leonidas Escudero from Leandro Claudia Cristian on Vimeo.

Cada quien mira lo que quiera mirar, escucha lo que quiere escuchar.

En este conmovedor documental, yo le escuché estas cositas al gran maestro Escudero:

"Yo empecé por el amor a las piedras, quería saber que eran, que tenían adentro"

"En la Av. Circunvalación, los automóviles pasan raudamente creyendo que uno es tonto y no se da cuenta que no van a ninguna parte"

"Uno es como es, si yo veo ese pájaro y siento que hay algo ahí, escribo porque siento la necesidad de manifestarlo, siento que hay una significación, aunque ni yo mismo la comprenda"

"La belleza pareciera que es la presencia de algo que nosotros sentimos que favorece nuestra vida, como un golpecito de más vida"

"La poesía o se entiende, o no se entiende"

"En la poesía yo voy buscando la "palabra absoluta", que exprese completamente lo que siento, pero no se llega"

Sosieguesé on Jorge, sosieguesé. No se insista, quédese tranquilo maestro, que algo hemos aprendido. Y aunque los gobernantes se anden con eso de los ministerios de la modernidad y la saraza, nosotros bien sabemos que los hombres seguimos siendo lo que siempre hemos sido. Y que siempre hay y habrá oro nestas piedras.

Me lo abraza al juan por ahí, digale que lo quiero mucho.

Aprovecho pa´ abrazarlo a usted también, on Jorge.

Andrés Lewin

jueves, 16 de junio de 2016

José Watanabe






El baño

Mientras el agua cae
sobre tu cuerpo
                    yo pienso
que de todos los cuerpos del mundo
tú posees el más preciso.
Tienes algo de intercambiable
conmigo, algunos órganos secretos,
                           los más saludables y hermosos,
o el sabor
o la mirada.

Ayer
me acerqué por tus espaldas
y deslicé mis manos
bajo tus axilas
hasta tocar tus senos. De pronto
sentí
el temblor de una restitución:
si yo hubiera tenido tetas
serían
como las tuyas.


* * * * *


La ranita

Duermes mi complacida. Y veo
con qué perfección, equidistancia y malicia
se disponen en tu cuerpo tendido
tus yemas de gusto
                   concupiscente.

Ahora tus yemas están dormidas,
pero cuando están despiertas provocan muchas ocurrencias.
La que más provoca es tu ranita lúbrica
                  llamada clítoris.

(Entre las hojas de los trópicos
he visto ranitas coloradas, miniaturas
de carne húmeda
que se contraen o se adelgazan
                y nadie las comprende
porque son temperamentales
como las muchachitas humanas)
Tu ranita no late contigo, tiene vida propia
pero no puede deleitarse sola.
La desmesura de su deseo
haria estallar su minúsculo cuerpo. Necesita
extender su gozo
en un cuerpo grande como el tuyo,
                      y así sobrevive,
                                convidándote placer.

Antes de tu sueño
viene siempre un ángel plumado y casto
que peina tu piel y censura
a nuestra ranita.
Es que nadie la comprende.

Sólo yo.