martes, 27 de noviembre de 2012

Roberto Juarroz

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Amar es la mayor aceptación,
pero también el mayor asombro.
Quizá no sepamos de qué ante qué,
pero percibimos por fin algo más que lo diferente,
tal vez más diferente todavía.

Y así se pone en crisis
la ambulatoria duplicidad de cuanto existe.
El esfuerzo de ser uno
encuentra su descanso
en el esfuerzo de ser dos.
Y sólo entonces
dos es más que uno.
O quizá
más que ninguno.


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Hay que cambiar la locura del mundo.
Para iniciar el trabajo
se puede, por ejemplo,
tomar todos los nombres propios
y escribirlos de nuevo con letras minúsculas,
comenzando por el del ser más amado
o la mayor ausencia,
sin olvidar tampoco
el nombre propio de la muerte.

Al empequeñecer progresivamente los nombres,
iremos recobrando el vacío que contienen
y quizá podamos hallar como añadido
el nombre propio de la nada.

Y nombrar a la nada
puede ser precisamente
la fundación que nos falta:
la fundación de una locura
que no necesitemos cambiar.


Obtenido del gran blog http://huellasenlacienaga.blogspot.com.ar

jueves, 8 de noviembre de 2012

Abelardo Castillo


La poesía y la prosa

Son muchos los escritores que han reflexionado, negro sobre blanco, acerca de la naturaleza de la poesía y la prosa, cuyas fronteras a Abelardo Castillo opina sobre veces son tan difíciles de delimitar. Valga como ejemplo este fragmento de Abelardo Castillo, incluido en Ser escritor, en el que el autor argentino escribe sobre la permeabilidad de la poesía, que alcanza -o debería alcanzar- el ámbito de los narradores. 

"Desconfío de los escritores que no empezaron haciendo versos. Leopoldo Marechal solía recordar que, para Aristóteles, todos los géneros de la literatura son géneros de la poesía, y Ray Bradbury aconseja leer todos los días un poema antes de ponerse a escribir un cuento o una novela. Todo escritor verdadero es esencialmente un poeta. Ser poeta no significa escribir en verso, ni el puro acto mecánico de versificar garantiza la poesía.
Cuando uno dice "poeta" piensa en Góngora, en Machado, en Lorca, en Neruda, en Vallejo. Son, digamos, poetas en estado puro. Pero hay otro tipo de escritor que llega a los versos a través de la prosa, como Borges, como Quevedo, incluso como Poe. Y hay todavía un tercer tipo, el gran prosista, que no puede escribir versos, aunque seguramente empezó haciéndolo en su adolescencia. William Faulkner le confesaba a Jean Steen: "Soy un poeta malogrado. Quizás todo novelista quiere escribir primero poesía y descubre que no puede, y entonces intenta escribir cuentos, que es la forma más exigente después de la poesía, y, al fracasar, sólo entonces se dedica a escribir novelas." 
La poesía no es una manera de escribir, es más bien un modo de vivir, de percibir el mundo.

Texto incluido en el libro "Ser Escritor".

lunes, 5 de noviembre de 2012

Patricio Foglia


Fútbol 5

El partido es de noche o con lluvia
o es una tarde de sol o necesita
de los reflectores al máximo, y hace frío
o mucho calor; el partido
es un rito que nos resguarda, es
el opio de los pueblos
que fumamos sonrientes; no tanto la razón
por la que el capitalismo triunfa en la tierra
sino el pequeño amparo
la casa en el árbol, al margen de la tormenta.