martes, 31 de agosto de 2010

un poema de toto del abasto

Barney el dinosaurio se sacó la careta

-la cabeza en realidad-

en el baño del estacionamiento

y mi hija se dio cuenta demasiado rápido

del truco sucio de la magia cotidiana

Después caminamos por las mismas

calles de siempre,

tomados de la mano,

sin hablar.


Mi hija y yo

Ella saluda a los maniquies

que venden los judios

rojas, verdes, blancos

Frío me dice...

quiere decirme que tienen frío

están desnudos, su plástico al descubierto


Estamos desnudos aquí los dos

mi hija y yo

caminando por la vereda

Ella entrando en la magia despacio

y yo saliendo de allí sin retorno






Poema extraido de La Porquería, número 0 del año 0 de un fanzine que se declara lleno de ausencias, entregado un viernes muy muy tarde en el ciclo Maldita Ginebra.

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