Otoño
Con los vientos limpia el otoño su propia casa.
Bajo los arces vuelve a lucir el fulgor
que nos hemos acostumbrado a ver año tras año:
la deliciosa manera de caer luminosamente del follaje,
la ingravidez de los montones de hojas que descansan en la tierra.
Sus apariencias no ocultan nada.
Su resplandor llena de vida a los sentidos, les regala
un alivio incluso después de haber prestado su servicio.
No prometen nada
y eso es agradable.
Su honesta ausencia de promesas
resplandece con sus propias brasas de belleza.
Harry Martinson
-
No hay comentarios:
Publicar un comentario