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miércoles, 13 de julio de 2011
Miguel Abuelo - Estoy aquí parado, sentado y acostado
Ya he perdido el olor de los duraznos.
Mis ojos ven fantasmas en la gente al pasar.
Ya he cambiado de piel en estos días.
Hoy soy otro y cuando paso no me ven.
El tiempo al borrarse por mis dedos.
No me duele.
Mi cara en el espejo ya no tiene aquel color.
Ya no reconozco la calle en que camino.
El lugar donde duermo ya no es mas mi lugar.
Estoy aquí parado, sentado y acostado.
Me han crucificado pero viene igual.
Las cosas que yo veo son cosas sin historia.
Sin tiempo y sin memoria, son cosas nada más.
Yo estuve muy solo pero solo sin recuerdos.
Yo estuve muy solo, pero solo y nada más.
Me acerco a una piedra y la miro sin pensarla.
La toco sin nombrarla.
La toco y nada más.
Estoy aquí parado, sentado y acostado.
Me han crucificado pero todo viene igual.
No tengo nombre.
No tengo amigos.
No tengo lenguaje.
No tengo verdad.
No tengo altura.
No tengo Dios.
No tengo a nadie para llorar.
Este es mi cuerpo.
Siento a mi alma.
En corazón abierto.
Caen estrella.
No tengo claves para decirte,
esta siembre es el canto de la libertad.
Yo soy un minero.
Mi meta es el oro.
Lo encuentro en los pliegues.
De cualquier latir.
Espero al mañana.
De la gran ventana.
El trapecio del tiempo.
Se alejo de mi.
Sembró el jardinero.
Y crecieron arbustos.
Pero su memoria.
No lo traicionó.
Y la semilla bajo la tierra
Abrió su coraza
Y un brote solto.
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