Declaración jurada
¿Qué
pretendo yo con mi poesía? Bueno, es tan fácil macanear en este tipo de
declaraciones ¿no? O esquematizar. O decir una cosa por otra. O desembuchar las
ideas que uno tiene sobre estética, o sobre política, o sobre la filosofía del
arte en general...Pero me parece que sin querer se me escapó algo que es
cierto. La poesía sirve para no macanear. Eso es. La poesía y el cuento me
sirven a mí para no macanear. De eso estoy seguro. Para ser auténtico,
humildemente, trabajosamente auténtico. Contar como veo, como siento algunas
cosas, tratar de que alguien las vea y las sienta igual que yo. Sin pretender enseñar,
ni adoctrinar, ni contrabandear ideas. Y para eso tengo simplemente que hablar
con mi propia voz. Cosa bastante difícil como lo sabe cualquiera que ande
metido en este asunto. Pero una vez conseguido eso, una vez que a fuerza de un
largo trabajo de búsqueda, de desprendimiento, de humildad, qué sé yo, uno cree
haber encontrado, en el fondo del alma o de las tripas, esa voz, los conceptos
"bueno" o "malo", "poema" o "no poema"
pierden totalmente vigencia. Se habla de un modo verdadero o se macanea. Y se
macanea cuando, vaya a saber por qué, no se puede encontrar la propia voz.
Cuando
me veo obligado a escribir un artículo, o un ensayo, o esto que estoy tecleando
ahora por ejemplo, tengo siempre la fulera sensación de que estoy macaneando.
De que podría afirmar todo lo contrario de lo que digo con la misma compostura
y la misma sinceridad. En la poesía y en el cuento eso no me pasa. Sé que hay
una única forma para decir una única verdad. Y que lo demás es una pelea con
las palabras hasta encontrarla.
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