viajar en avión, recorrer la ciudad desde arriba y a cientos de kilómetros por hora, como una permanente nebulosa en fuga. no puedo dormir, tengo nubes en los pies.
a cierta altura, se pueden ver las estrellas: iluminan el cielo de Belo Horizonte o de Buenos Aires o de donde sea que sea. recuerdos del olvido -un presente, después de todo- las estrellas son aquello que explotó hace rato, y no quieren reconocerlo.
las estrellas como otras luces de ciudad, que nos titilan después de una infinita telaraña eléctrica, más allá de los tubos de neón que recubren el ojo urbano.
aterrizamos. de alguna forma la luz triunfó: ni un rastro de vida. son las cuatro de la mañana, un colosal aeropuerto está vacío.
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